Por Pedro Muñoz (Presidente de Coalición por El Bierzo, Concejal del Ayuntamiento de Ponferrada y Diputado Provincial).
En el terreno de la gestión política no puede aceptarse que quien ha demostrado sobradamente su incompetencia se pavonee a diario dando lecciones a los demás sobre qué deben y qué no deben hacer. Bueno, pues esta práctica, inaceptable en cualquier sociedad democrática madura, es el modus operandi de nuestro ínclito exalcalde Samuel Folgueral.
Le da igual que se le demuestre mediante el oportuno documento público, aceptado y firmado por todos y cada uno de los 17 alcaldes pedáneos del municipio, que fueron informados de sus derechos, específicamente de su derecho a participar e intervenir con voz pero sin voto en el Pleno de Presupuestos. Él, que los sabe todo, dice que no se les convocó y que por tanto se vulneraron sus derechos. Lo que no entiendo es cómo ni él ni ningún pedáneo impugnaron dicho Pleno.
Lo que está fuera de toda duda es que él sí vulneró los derechos de una Pedanía. Y está fuera de toda duda porque así lo ha sentenciado un órgano judicial, que le ha anulado el Pleno del Presupuesto de 2015. Pero, para esto también tiene el señor Folgueral una respuesta: el juez sentenciador no sabe nada de derecho administrativo, porque Folgueral sabe y así lo ha dicho que ese Pleno fue legal y punto.
No es el único caso: también ha dicho que fue legal el Pleno de los sueldos, pero el juez también lo anuló y el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ratificó dicha anulación y ahora el Ayuntamiento tiene un problema por culpa de los jueces, que por lo visto anularon algo que era legal porque no saben aplicar la ley y el derecho.
Y también dice que todo fue legal en el contrato de la basura, pero también fue anulado, y el Ayuntamiento se va a enfrentar a un abismo financiero para indemnizar a las empresas que se han visto perjudicadas por un contrato plenamente legal, pero anulado por unos jueces que en el mejor de los casos no saben nada de derecho o, en el peor, que han sentenciado malintencionadamente, cometiendo por ello prevaricación, pues no otra cosa se desprende de la actitud despectiva y acusadora de Folgueral hacia quienes le han dicho, no una ni dos ni tres ni cuatro, sino muchas más veces, que lo que hizo fue ilegal.
Acusa a los demás de insultarle quien aseguró que no había nadie más que él en toda Ponferrada digno de portar “la antorcha” del Ayuntamiento y luego aclara, con evidente tono despreciativo y ‘sobrao’ que no es su intención perder el tiempo en una guerra de descalificaciones conmigo. Es evidente, su intención es otra y evidente, hacérmelo perder a mi.
Espero, por el bien de Ponferrada y de los ponferradinos que los jueces y los demás órganos implicados (tales como el Consejo Consultivo) resuelvan pronto la forma de hacer cumplir las resoluciones judiciales y de reconducir la complicadísima situación económica y administrativa a que nos ha abocado la, según él, legal e impecable gestión del exalcalde Folgueral, porque ningún municipio ni sus ciudadanos se merecen pasar por este calvario generado, no se olvide, en tan solo dos años de gestión por culpa de unas decisiones ilegales y de una “licitación enloquecida” también declarada por los jueces ilegal en algún caso sangrante que puede suponer pérdidas de muchísimos millones de euros para el Ayuntamiento.