Y ahora qué…?
Coalición por el Bierzo lamenta profundamente la dramática situación a la que se ha visto abocada la central térmica de Compostilla II, en Cubillos del Sil, y considera que el cierre anunciado por Endesa sólo tiene una única causa: el enfrentamiento y la incapacidad para llegar a acuerdos de consenso que desde hace décadas lastra a los dos partidos nacionales que se han venido turnando al frente del gobierno de España, PP y PSOE.
Los bercianos no deben olvidar el hecho de que Endesa, que nació en El Bierzo, pertenece hoy día a una multinacional italiana de titularidad pública por un ‘regalo’ personal de Zapatero, quien, a su vez, no quería que siguiera al frente de la misma Francisco Pizarro, afín al PP, por lo que presionó para que Gas Natural presentara una OPA contra Endesa, lo que llevó al PP a intentar regalarla a la multinacional alemana E.On. Lo demás es sabido, Enel y Acciona se aliaron para comprar Endesa y pasado un tiempo Acciona se quitó del medio, no sin cobrarse los servicios prestados mediante jugosos contratos que le otorgó el gobierno de Zapatero.
Así las cosas, en medio de todo este chalaneo, quien paga y pagará las consecuencias son El Bierzo y los bercianos, que han visto destruidos y arrasados sus principales sectores productivos por el enfrentamiento fratricida de aquéllos que precisamente debieran adoptar las decisiones menos dolorosas y más razonables para cooperar al sostenimiento de la riqueza, el empleo y la calidad de vida en este territorio.
Coalición por El Bierzo siempre afirmó que el objetivo último de la compañía Enel era el cierre de Compostilla y cuando hace menos de un mes denunciamos públicamente los planes de desmantelamiento de la central de Cubillos todos se rieron de nosotros. Decían que ese desmantelamiento era sólo de los grupos I y II y que el futuro de la central estaba garantizado hasta 2026. Recordamos que, en aquella ocasión, nuestro presidente y portavoz Pedro Muñoz manifestó su convicción de que la decisión estaba tomada, era firme y que el desmantelamiento no se iba a parar en los grupos I y II, sino que iba a continuar hasta el desmantelamiento total, como así se está reconociendo ahora.
En ese mismo sentido, la propia representante de la Junta de Castilla y León, nada menos que la consejera Milagros Marcos, se reía públicamente del anuncio de Coalición por El Bierzo y de las críticas por el hecho de que el servicio público de empleo de la Comunidad, Ecyl, estuviera reclutando trabajadores para ese proyecto por cuenta de una empresa catalana, ello sin haber informado a nadie de la situación que afectaba a la central de Compostilla.
Estas manifestaciones de hipocresía y de incapacidad política y de gestión no nos sorprenden, porque ya las hemos visto similares respecto a otras cuestiones como la investigación sobre el grafeno, que ahora quiere abanderar la Junta; respecto a la zona franca de El Bayo, cuando ya en toda España están desarrollándose proyectos similares; y hasta en la modesta reivindicación del traslado a Ponferrada, para ser expuesta, de la Cruz de Peñalba, donde las mentiras que han escupido los máximos responsables de la Junta son tan evidentes que los descalifican como políticos, como gestores y hasta como personas.
Bueno, pues ahora tenemos que asistir con perplejidad a este nuevo esperpento que son los llamamientos a las movilizaciones contra el cierre de Compostilla por parte, precisamente de todos aquéllos que son los directos e indirectos responsables de ese cierre y del su definitivo y, a nuestro juicio irreversible, desmantelamiento de la central de Compostilla II.
Han pasado solo unos meses desde que el Gobierno de España ha pasado a las manos de un partido distinto, PSOE, al que gobierna en Castilla y León, PP, para que se ponga en evidencia el agrio enfrentamiento entre ambos partidos, lo que ha sido aprovechado por la propietaria de Endesa (la italiana Enel) para deshacerse de lo que consideran el lastre de Compostilla, dejando en este territorio un impacto económico y ambiental que, nos tememos nadie le va a obligar a restaurar, como tampoco nadie le pide cuentas a Endesa por el agua que utiliza a diario para producir energía hidroeléctrica en el río Sil y cuyo consumo masivo amenaza incluso a los regadíos de los agricultores bercianos. El anuncio de ubicar en Compostilla un almacén logístico de material eólico, hecho por uno de los responsables de Endesa, suena a salir del paso, a ganar tiempo para entrar en una política de hechos consumados.
La situación de enfrentamiento político entre los dos grandes partidos de ámbito nacional, que han tomado como rehenes a El Bierzo, a los bercianos y a otros territorios y a sus habitantes, es insostenible y debe llevarnos a reflexionar muy seriamente sobre si quienes durante todas estas décadas han prestado a dichos partidos su apoyo incondicional, en forma de votos y confianza, no debieran pensar un poco más en ellos mismos y en su tierra y buscar otras alternativas. Se llama autorresponsabilidad: el PP y el PSOE han perdido la cordura respecto a El Bierzo y carecen absolutamente de proyectos y propuestas para su desarrollo, pero los bercianos hemos sido cómplices de esta situación, manteniendo un status quo político altamente nocivo y perjudicial para nuestros propios intereses. Algo que no deberíamos seguir haciendo en el futuro, si es que de verdad queremos tener un futuro.
Desde Coalición por El Bierzo apoyaremos, por supuesto, cualquier manifestación, concentración y movilización social en contra del cierre de Compostilla, pero de verdad consideramos lamentable, un insulto, que precisamente sean los principales responsables de dicho cierre los que ahora se lleven las manos a la cabeza y se presenten como víctimas y agraviados, cuando realmente son los verdugos.