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Con motivo del 25º Aniversario del Consejo de El Bierzo, se ha celebrado esta mañana un pleno extraordinario. Estas son las palabras de Iván Alonso, en dicho pleno:
Hace no muchos años, cuando éramos prácticamente unos críos, mis compañeros del Partido de El Bierzo y yo nos dedicábamos a realizar acciones reivindicativas de tinte bercianista, entre las que destacaban la colocación de banderas de El Bierzo en la sede del Consejo Comarcal y en el Castillo de Ponferrada. Recuerdo,.. que la Policía Municipal toleraba de forma comprensiva aquellas pequeñas acciones semiclandestinas y tras unos instantes nos invitaba a bajar de la sede del Consejo o del Castillo y a retirar la bandera que habíamos colocado. Todos nos veían como unos jóvenes un poco utópicos y románticos.
Ahora los tiempos han cambiado y lo que fue un movimiento romántico ha alcanzado una gran madurez política, ostentando representación en numerosas instituciones bercianas, entre ellas este mismo Consejo de El Bierzo, en el que yo desempeño la vicepresidencia y en el que nuestro grupo, Coalición por El Bierzo, ha impulsado iniciativas para que la bandera de El Bierzo ondee de forma oficial y permanente en los edificios públicos del propio Consejo y de muchos ayuntamientos, entre ellos el de Ponferrada.
Con el tiempo hemos comprendido que la reivindicación no tiene por qué estar reñida con el diálogo, con la comprensión del resto de fuerzas políticas y de aquellos que no profesan nuestras ideas. La tolerancia, la negociación y el acuerdo han logrado, por la vía de la cooperación, todo aquello que no conseguimos con aquellas acciones juveniles.
Y creemos que en esa tolerancia y en ese buen ánimo de buscar lo mejor para nuestros compatriotas de El Bierzo, ha de residir nuestra principal herramienta de actuación política.
He tenido un sueño,… un sueño en el que El Bierzo será en el futuro un territorio con un alto grado de autonomía… (el que sea comarca o provincia nos interesa menos que el hecho de que los bercianos tengan buenos servicios y buena calidad de vida). En ese Bierzo, de quizás dentro de unas décadas, los bercianos podrán elegir directamente a sus representantes y podrán decidir sobre importantes áreas relacionadas con su bienestar y con su futuro y el de sus hijos.
Ahora, El Bierzo es la única comarca jurídicamente reconocida por una ley amparada en el Estatuto de Autonomía de Castilla y León. No nos conformamos, queremos más cotas y más poder de decisión, pero ésta es una buena base de partida para seguir reivindicando y negociando aquello que creemos justo para nuestro territorio y para nuestra gente.
Ese Bierzo utópico, y la institución que lo gobierne en el futuro, deberán gozar, claro está, de una autonomía financiera y de un poder de recaudación que les garantice el ejercicio de las cotas de autogobierno y de autogestión que la ley les reconoce.
Acabamos de aprobar el vigésimoquinto presupuesto de esta institución, un presupuesto en el que el margen de maniobra para adoptar decisiones políticas y de mejora inmediatas de las condiciones de vida de nuestros ciudadanos está muy limitado, precisamente, porque falta esa autonomía financiera.
Sin embargo, para ello es necesario un cambio profundo de nuestra Ley, algo que intentaremos sacar adelante con todas nuestras fuerzas y capacidades, porque también he soñado que un día como hoy, dentro de, digamos, otros 25 años, El Bierzo estará amparado por esa nueva ley y por normas que sean más justas que las actuales.
Ahora conocemos el camino para lograrlo y no nos vamos a rendir nunca, jamás, hasta que logremos aquello que El Bierzo merece, aquello que es justo, aquello a lo que los bercianos tenemos derecho.
Todos los que han ostentado el cargo de presidente del Consejo de El Bierzo, siempre han merecido el más profundo respeto y comprensión por parte del bercianismo, porque sabemos la ingrata labor que han tenido que desempeñar y el escaso reconocimiento, a veces incomprensión, de otras administraciones y hasta de los propios bercianos.
Algunos los han tildado de pedigüeños, pese a que sus peticiones y reivindicaciones únicamente estaban orientadas a la pura supervivencia de la institución.
También es de justicia reconocer a aquellas pocas personas que desde su responsabilidad dotaron al Consejo de nuevas competencias, en áreas tales como Medio Natural, Menores, drogodependencia, Servicio de Asistencia a Municipios o, más recientemente, la financiación para el Banco de Tierras.
Y agradezco muy sinceramente esa labor abnegada y no siempre suficientemente reconocida a todos los presidentes del Consejo: En primer lugar al ya fallecido Francisco Alfonso Álvarez, que inició este arduo camino.
A Rita Prada, la primera y hasta ahora única mujer que lo ha presidido y que no ha podido estar hoy aquí con nosotros.
Y a los que sí están presentes: Ricardo González Saavedra, José Luis Ramón y Alfonso Arias, así como al actual presidente, con el que tengo fuertes vínculos de colaboración, Gerardo Álvarez Courel.
Pero permítanme que tenga un especial recuerdo para Jesús Esteban, quien para nosotros fue, sin duda, el primer y gran presidente bercianista del Consejo, tal y como el Partido de El Bierzo le reconoció en su día al otorgar el Botillo de Oro, nuestro máximo reconocimiento.
Un presidente que con su altura moral, con su acción política, y con su comportamiento personal, dignificó el Consejo hasta límites insospechados antes y después, y que abandonó dicha Presidencia sin que su labor hubiese sido comprendida en la medida de su verdadera grandeza.
Finalmente, en este gran día en el que conmemoramos el 25 Aniversario de la creación de nuestro Consejo Berciano, os agradezco a todos vuestra paciencia, y vuestro apoyo a esta institución, fundamental, para que ese sueño que he tenido empiece a hacerse realidad desde hoy mismo.
¡LARGA VIDA AL CONSEJO!
¡¡¡VIVA EL BIERZO!!!