La Festividad de Santa Bárbara, que tanta tristeza despierta en muchos pueblos de nuestro amado Bierzo, también admite otras muchas lecturas, algunas de ellas no tan negativas.
Por un lado estamos ya hastiados de escuchar que el carbón tiene los días contados. Es el mantra que repiten hasta la saciedad nuestros gobiernos, para intentar convencernos de que la generación eléctrica con carbón es algo del pasado. De hecho, ya son muchos los bercianos que se lo creen. Sin embargo, no se repite con ese mismo énfasis que el carbón está a la cabeza de la generación eléctrica en España. En muchos momentos por encima, incluso, del petróleo.
También se oculta cuidadosamente que ese carbón que se quema por millones de toneladas cada año en las centrales térmicas de España y de El Bierzo es un carbón que viene de fuera de nuestro país. Parece ser que ese carbón importado no plantea problemas medioambientales, mientras que el de nuestras cuencas no se puede quemar porque provocaría un cambio climático a nivel mundial.
Ironías aparte, en un país donde hasta las películas pornográficas y los yates de lujo gozan de importantes subvenciones y ayudas fiscales, sostener que las ayudas a un sector estratégico como el minero no son legalmente posibles es una humillación a las gentes de las cuencas, y por ello, a todo El Bierzo, que tanta deuda histórica tiene con ese mineral, casi sagrado para nosotros, que es el carbón. Parece ser que el riesgo de desaparición de centenares de pueblos y la despoblación y envejecimiento subsiguientes de una gran parte de nuestro medio rural es un mal menor comparado con los beneficios sociales de la industria del porno o de los yates de lujo.
Así pues, si por un lado la celebración de Santa Bárbara se ha vuelto un tanto triste, por otro tiene gran importancia, porque esta fiesta nos permite conocer la verdadera cara del problema: la hipocresía. Santa Bárbara se ha quedado sin alcaldes y políticos de relevancia que la homenajeen, pese a que algunos de los alcaldes y políticos de nuestros municipios mineros ocupan importantes cargos de responsabilidad, mientras guardan silencio sobre el drama de nuestros pueblos: la depresión económica y humana de las cuencas mineras.
Nadie fuera de El Bierzo habla de los usos alternativos al carbón y cuando lo hacen es con retraso y a rebufo de lo que Coalición por El Bierzo planteó hace ya dos años.
Nadie habla del importante giro social que el gobierno de Coalición por El Bierzo de Torre del Bierzo ha impulsado en este municipio, un giro modesto, pero encauzado a potenciar y dar relevancia a todas las iniciativas que proponen una solución alternativa al carbón, tales como las propuestas turísticas de San Facundo y de Albares, o la promoción del camino de Santiago de Invierno por el Manzanal. Tampoco habla ninguno de los ‘comprometidos’ bercianos que nos representan en las Cortes de Castilla y León, en el Congreso o en el Senado de la Nación de la necesidad de una fuerte apuesta por impulsar ese referente de investigación del carbón que es la Ciuden, y de la necesidad de ampliar el estudio y la experimentación al grafeno, a las escombreras y a la generación de calor y electricidad alternativos.
Iniciativas ilusionantes como el parque temático del Pozo Julia, el Museo Nacional de la Energía, el Ponfeblino, con ciclorraíl y tren turístico a la demanda y los fines de semana, siguen en el limbo y son mareadas en un continuo ir y venir de estudios y trabas burocráticas cuyo único objetivo es retrasar, cuando no evitar, su puesta en marcha.
De este modo, la festividad de Santa Bárbara de este año pone de doloroso manifiesto que la búsqueda del Bien Común en la defensa de los intereses de los bercianos, y el sector del carbón es uno de los más importantes, no puede ser librada desde el seno de los grandes partidos de ámbito nacional, porque sus estrategias políticas divergen esencialmente de lo que es beneficioso para El Bierzo y para sus habitantes.
De este modo, la festividad de Santa Bárbara de 2016 debe servir para que todos nos quitemos las caretas y para que todos los bercianos entendamos y aprendamos a comprender quienes son los que de verdad están llamados en el futuro a luchar por el Bien Común en El Bierzo, con respeto a la ley y a los demás, pero con firmeza inquebrantable.
¡Viva Santa Bárbara!
¡Viva El Bierzo!