Se nos terminan los calificativos y no queremos ser reiterativos, si denominamos como muy decepcionantes los PGE en lo que son inversiones y actuaciones globales que se contemplan para El Bierzo. Contando con Confederación y teniendo en cuenta un tramo a renovar en la vía férrea existente entre León y Covas, las demás partidas son tan exiguas que hasta la CIUDEN se suma a esta ruina de presupuestos.
No hay una inversión en el plan de regadíos y de modernización de la red de aguas y canales. Mientras que en los páramos leoneses las inversiones son desbordantes: 20 millones de euros en algunos casos, aquí, para El Bierzo ninguna está contemplada.
Es altamente decepcionante la falta de inversiones, al menos sacar a licitación el enésimo estudio sobre el túnel del lazo en el puerto del Manzanal. Ni un euro para el mayor problema y freno de desarrollo para El Bierzo.
Mientras en León siguen de celebraciones, puesto que les rescatan el 50 por ciento de la autovía de Asturias, aquí seguimos con el peaje más caro de España por km que es la Astorga-León, especialmente lesiva para los bercianos.
Siguiendo con las autovías, nada nuevo con la Ponferrada-Ourense, donde se sigue con la lastimosa licitación de redacción de estudios y por cantidades ridículas, o sea, para cubrir el expediente.
La CIUDEN, la gran especialista en disimular la falta de inversiones en El Bierzo, en esta ocasión, ni eso. Es decepcionante la cantidad tan pírrica destinada a rematar el proyecto de musealización y cultural en Compostilla, 70.000 euros. Lo demás, más de lo mismo, venido a menos.
Finalmente, por escasos, hasta los 300.000 euros de renovación de las pistas del Coloman Trabado de Ponferrada que podrían haber sido más generosas en cuanto a la cuantía.
Echamos en falta ideas para el reto demográfico, la transición justa, paliar el cierre de nuestro sector productivo, y las inversiones directas en infraestructuras que además de hacernos competitivos para los nuevos retos, también generan empleo directo en su construcción. Son unos presupuestos desastrosos en el momento más expansivo de inversiones de la historia reciente. León, Madrid Cataluña y País Vasco, como siempre deben estar muy contentos.