Como anunciamos hace meses, la Xunta de Galicia estaba estudiando, ante la incapacidad del gobierno de desarrollar la A-76, la construcción de una vía de alta capacidad entre Valdeorras y A Gudiña.
La Xunta, con fondos propios, está en camino de estudio para la redacción del proyecto que define como mejora de la OU-533 que une Valdeorras con la estación del AVE “Porta de Galicia” de A Gudiña. En su intervención en comisión en el Parlamento Galego, el director de la Axencia Galega de Infraestruturas, Francisco Menéndez, ante la falta de respuesta del Gobierno y detallando una serie intervenciones inmediatas y de futuro en dicha vía de comunicación, declaró que es debido a la falta de respuesta del Gobierno de España “ante as solicitudes reiteradas da Xunta para o financiamento, a través dos Fondos Next Generation, do acondicionamento da estrada OU-533, que une a comarca de Valdeorras coa estación ferroviaria ‘Porta de Galicia’ da Gudiña”.
Es un paso más en el aislamiento de El Bierzo, en este caso con nuestra comarca vecina y hermana de Valdeorras, con la que nos unen, además, numerosos lazos económicos y que ahora pueden quedar interrumpidos, por un enlace más favorable, por la inacción del Gobierno de España en la construcción de la A76.
De poco nos sirven las felicitaciones del Presidente del Gobierno en el día de El Bierzo, si no se acompañan de inversiones en nuestras infraestructuras. No hay día que no nos levantemos con una nueva noticia en la que una nueva losa de aislamiento, incertidumbre y desmantelamiento, por acción o inacción, caiga sobre El Bierzo. Si, como dice el presidente, somos únicos, pero en desatención y olvido, con carencias básicas que no sólo no se minoran sino que se agudizan. No vemos en ningún lado ese impulso de futuro que anuncia, vemos una total desatención a nuestra necesidades básicas de desarrollo y un absoluto desconocimiento de nuestro territorio que, como hemos insistido numerosas veces, propicia un reparto por provincias y autonomías con intereses muy diferentes a los nuestros. Sólo si los bercianos tenemos voz propia, sin depender o estar supeditados, pero si en concordancia, con los intereses de otras regiones podremos salir de este profundo aislamiento en el que se empeñan en situarnos.