En relación a la nota de prensa enviada hoy por el grupo municipal de Ponferrada del PSOE, en la que, en su habitual actitud de “rabieta” tras el pacto de gobierno de junio de 2023, se quejan de que se critique las actuaciones fallidas del mandato de Olegario Ramón, creemos que el Sr. Olegario Ramón debe preferir que, como es habitual en él, se asuman y no se le de publicidad a sus fallos, que siempre, según él, son responsabilidad de otros, y sólo se hable para dar crédito a sus aciertos. Esto es algo habitual conociendo el ego desmedido del ex-alcalde y su poco encaje para las críticas, bien conocido por muchos periodistas. No le gusta al Sr. Olegario que le den de su propia medicina, ni tampoco parece gustarle el debate democrático cuando no le es favorable.
Un ejemplo es lo sucedido hace bien poco, con la denuncia pública que realizamos sobre el estado del centro médico de San Lorenzo, denuncia en la que el Sr. Olegario intentaba lavarse las manos y culpar, aprovechando el desconocimiento sobre competencias por parte de gran parte de la ciudadanía, a la concejalía de Medio Rural de algo que era responsabilidad de su concejala de infraestructuras, responsable del mantenimiento y conservación de los edificios públicos municipales, sean en la ciudad o en al medio rural.
Se queja también el Sr. Olegario, de que no se le han dado 100 días de cortesía, cuando él ha sido el primero en incumplirlo, atacando con descalificativos desde las redes sociales y bloqueando incluso al perfil oficial de este partido político cuando se le contesta desmontando sus falacias.
También es muestra de su continua rabieta, su interés en remarcar, de nuevo en el comunicado de hoy, que el equipo de gobierno lo forman PP, CB y Vox, cuando es bien conocido que el equipo de gobierno lo forman PP y CB. Discurso habitual del Sr. Olegario del que se concluye que, o bien desconoce como funciona un Ayuntamiento, lo cual puede ser, o usa su habitual discurso a veces apocalíptico, a veces condescendiente, pero siempre artificioso, para el aplauso de sus incondicionales. Paradójicamente un discurso muy cercano a las maneras gobelianas de: «Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”.
No nos extrañemos que en cualquier momento cambie de parecer, como ya ha sucedido hace bien poco, cuando le parecía mal que se llegara a acuerdos de gobierno entre los que sumaran mayores apoyos (el “pacto de los perdedores” según sus palabras) y que tras las elecciones generales cambió de criterio y ahora sea perfectamente válido.
“Estos son mis principios, pero si no les gustan, yo los cambio”, podría afirmar el Sr. Olegario siguiendo la conocida cita.